49. El hombre de Andrómeda
-"Es el fin de la humanidad, un virus está atacando la Brasilerinha-J3003, en el sector andrómeda XF13-6KL35" -decía el chico pálido... una y otra vez, en bajito-.
-Pero ¿por qué es el fin de la humanidad? -le preguntaba yo, mientras comíamos juntos- ¿No hay nada que podamos hacer para evitarlo?
-"Es el fin de la humanidad, un virus..."
Imposible. El chico estaba completamente en shock, en su mundo. Un día se sentó a comer con nosotros un tío igual que Wilhelm Lappe, por lo menos a mí me lo parecía. Sin introducciones ni preliminares nos dice:
-¿Vosotros creéis que se pueden vivir vidas virtuales? -nos pregunta "Lappe".
-Estoy convencido de que sí -le digo-.
-Pero me refiero en este momento presente: ¿la vida puede ser virtual?
-¿Tú sabes algo de eso? -le pregunto interesado- Mi mujer creo que está viviendo una vida de esas.
-Yo sé mucho. Yo sé todo. Y por eso no tardarán en aniquilarme -dice muy seriamente-.
-¡Hombre! No te pongas en lo peor -le digo-. A mí también me han encerrado por ir pregonando que hay mundos virtuales a nuestro alrededor. Bastará con demostrar que existen y así no nos podrán encerrar nunca más.
-¿Y cómo lo vas a demostrar?
-No subestimes al gran Pablo Guero. Yo siempre tengo un plan en la cabezota. En menos de lo que pensáis, estaré fuera y me iré con los que queráis venir. Y entonces encontraré a Melinda.
-¿Quién?
-Melinda es mi ex-mujer.
-Con eso no bastará -afirma Lappe-. Alguien tiene que llevar el mensaje al otro mundo. O si no, todos pereceremos.
-¿Y no lo puedes llevar tú? -le digo-.
-No, yo no tengo alma.
-Aaaaahhhh, que tú no tienes alma, ya veo -digo incrédulo. Aquello me sonaba a los cyblogs y los blogs sin alma de las bloguerras-.
-Necesitaría mucho tiempo para explicártelo -me dice-.
-Ok. Entonces, yo lo llevaré ¿Cuál es el mensaje?
Lappe se giró hacia el chico pálido, que seguía repitiendo:
-"Es el fin de la humanidad, un virus está atacando la Brasilerinha-J3003, en el sector andrómeda XF13-6KL35"
-Pero ¿por qué es el fin de la humanidad? -le preguntaba yo, mientras comíamos juntos- ¿No hay nada que podamos hacer para evitarlo?
-"Es el fin de la humanidad, un virus..."
Imposible. El chico estaba completamente en shock, en su mundo. Un día se sentó a comer con nosotros un tío igual que Wilhelm Lappe, por lo menos a mí me lo parecía. Sin introducciones ni preliminares nos dice:
-¿Vosotros creéis que se pueden vivir vidas virtuales? -nos pregunta "Lappe".
-Estoy convencido de que sí -le digo-.
-Pero me refiero en este momento presente: ¿la vida puede ser virtual?
-¿Tú sabes algo de eso? -le pregunto interesado- Mi mujer creo que está viviendo una vida de esas.
-Yo sé mucho. Yo sé todo. Y por eso no tardarán en aniquilarme -dice muy seriamente-.
-¡Hombre! No te pongas en lo peor -le digo-. A mí también me han encerrado por ir pregonando que hay mundos virtuales a nuestro alrededor. Bastará con demostrar que existen y así no nos podrán encerrar nunca más.
-¿Y cómo lo vas a demostrar?
-No subestimes al gran Pablo Guero. Yo siempre tengo un plan en la cabezota. En menos de lo que pensáis, estaré fuera y me iré con los que queráis venir. Y entonces encontraré a Melinda.
-¿Quién?
-Melinda es mi ex-mujer.
-Con eso no bastará -afirma Lappe-. Alguien tiene que llevar el mensaje al otro mundo. O si no, todos pereceremos.
-¿Y no lo puedes llevar tú? -le digo-.
-No, yo no tengo alma.
-Aaaaahhhh, que tú no tienes alma, ya veo -digo incrédulo. Aquello me sonaba a los cyblogs y los blogs sin alma de las bloguerras-.
-Necesitaría mucho tiempo para explicártelo -me dice-.
-Ok. Entonces, yo lo llevaré ¿Cuál es el mensaje?
Lappe se giró hacia el chico pálido, que seguía repitiendo:
-"Es el fin de la humanidad, un virus está atacando la Brasilerinha-J3003, en el sector andrómeda XF13-6KL35"
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