<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d31360826\x26blogName\x3dYo+no+leo+a+Enrique+Dans\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://yonoleoaenriquedans.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://yonoleoaenriquedans.blogspot.com/\x26vt\x3d3223530000520345517', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

50. Tragedia en el psiquiátrico

Es la hora del recreo, como le llaman aquí, en que salimos a dar un paseo por el jardín y estirar las piernas. Estaba observando al hombre pálido de "Andrómeda" con su sempiterna cantinela, marginado del mundo. ¿Qué mensaje tan importante encerraban esas palabras?

Hoy ha llegado uno nuevo que, si no es Fumero, es su hermano gemelo. Clavado. He podido hablar con él un rato, y me lo ha negado. Un tipo curioso. Creo que tiene todas las adicciones que un ser humano puede tener: internet, alchol, tabaco, sexo... incluso a los coleccionables del mes de septiembre. Cuando le he hablado del hombre de Andrómeda, ha querido conocerle inmediatamente:

-Bueno, a ver, ¿cuál es ese mensaje que nos tienes que dar? -le dice el nuevo.
-"Es el fin de la humanidad, un virus está atacando la Brasilerinha-J3003, en el sector andrómeda XF13-6KL treinta y cinco"
-Pues por el c.. te la hinco, ja ja ja...

Al chico pálido parece que el chiste no le hace mucha gracia y empieza a convulsionar. Cae de rodillas y luego se desploma bocarriba.

-Un médico, un médico -grito, mientras intento incorporarle-.
-Por favor... cof agg... despertaos y contactad con la Central... agg coff... dadles mi mensaje -apenas puede pronunciar el de Andrómeda unas palabras que nunca antes había dicho-.
-Aguanta, amigo, aguanta -le digo, pero la luz de sus ojos se apaga poco a poco, poco a poco...-.

Las asistencias con el botiquín llegan tarde y los intentos por reanimarle son en vano. El portador del mensaje había enmudecido para siempre.

Busco con la mirada a Lappe, tengo que contarle las últimas palabras del mensajero. No está entre los que se amontonan alrededor del incidente. Pero sí lo veo sentado en un banco del fondo. Me acerco a paso rápido. Lappe tiene la cabeza casi entre las piernas. Le toco en el hombro. Como si fuera un cuerpo rígido, se desploma sobre el banco, y rueda hasta el suelo. Está pálido como la leche antes de echarle el cola-cao. Lappe también nos ha dejado.

Etiquetas:

“50. Tragedia en el psiquiátrico”

todos los capitulos

amigueros

blogsario

qué es un blog&rol

buscar

últimos consejos

blogmaster