19. El bloguero más rico del mundo
Mi Smart forrado con publicidad de Juanolas surcaba las carreteras como un cohete con destino a Valencia. No estoy muy contento con el GPS instalado en el coche. Creo que no lo programé bien y lo que parecía un atajo por carreteras secundarias, me hizo perder el escaso tiempo que tenía. Para más inri, me para la guardia civil y me quita 3 puntos por exceso de velocidad (y 300 € menos). Pensé dar los datos de otra persona, que ahora está de moda, pero no lo hice porque todo me daba igual: todo esto lo hacía por una más que lucrativa causa.
Pero por fin entro en la ciudad y aparco en el barrio de la Administración nº4 Antigua de la Virgen. Localizo el rótulo de loterías y me apresuro rápido hacia él.
-¡Macho! Nos acabas de fastidiar la secuencia y unos cuantos metros de peli -me dice un tío bastante cabreado a mis espaldas-.
Con las prisas no me había dado cuenta. Parece que al lado del parque están grabando un corto: hay actores, focos, cables y los responsables llevan unas camisetas de color gris donde se lee "RLUX". Deben ser los cineastas y blogueros de "Mojar, extender y vuelta a empezar...". Vaya pollo tenían allí montado.
-Lo siento. Yo... Con las prisas... -eso es lo único que balbuceo después de mi imperdonable despiste, y me meto en la administración de loterías-.
Esta vez no hay cola de inoportunos viciosos que se lleven mi número. Directamente le pregunto al lotero:
-Buenas tardes. ¿Le queda lotería del número 38036?
-Sí, creo que sí. ¿Cuántos décimos quería? -me encanta su respuesta-.
-Me va a dar todo lo que tenga del 38036.
El lotero saca una serie entera y otros 3 décimos sueltos. Esta noche misma se convertirían en 420.000 euros o, en el mejor de los casos, acertando serie y fracción, ¡1.600.000 euros!
¿Qué me compraría? Si hacemos caso de la valoración económica de Dane Carlson, con el premio Matías y yo podríamos comprarnos Microsiervos (1.500.000€ aprox), o ALT1040 y xataka juntos. ¡Qué momento más feliz!
Pero algo lo va a turbar. En la pared de la administración hay varios carteles con eventos del barrio. Uno de ellos pide "Justicia por el asesinato de los padres de una familia vecina", sucedido hace algunas semanas, cuando entraron a robar en el chalet. ¡Se trataba del crimen que no pudo evitar Paula Vittacolinna! ¡Qué pequeño es el mundo!
-Disculpe -interrumpo al lotero-. ¿El crimen éste... sucedió cerca?.
-A dos manzanas. ¡Qué barbaridad! Ya nadie puede estar tranquilo. Dos críos se han quedado huérfanos y una abuela que vivía con ellos, que está gravemente enferma, es lo único que les queda.
Mientras me daba los décimos y se los pagaba, sonaba en mi cabeza una canción triste cantada por Alma, una bloguera de las de toda la vida, que decía: "A veces necesitamos salvarnos... Otras ser salvados... Algunas... salvar a alguien...".
Bueno, tenía que volver a la realidad y seguir con mi vida, ¡que ya tengo bastantes problemas! Así que salgo otra vez por la puerta.
-¡Eeeeeehhhh! ¡Por todos los santos, Vigalondo y lo más bendito! ¿Estás ciego o qué? ¡Te acabas de cargar otra vez la secuencia -me grita otro "RLUX"-.
-¡Ooooopsss! Lo siento -y entonces se me ocurrió la idea-. Os puedo compensar.
-No quiero que compenses nada -me contestan-. Sólo presta un poco más de atención, macho. Si quieres, puedes.
-Acordaos de este nombre: "Pablo Guero" -les digo-. Como compensación os dejaré llevar al cine la historia de mi vida: "el mejor bloguero del mundo". Además, desde esta noche, estaré dispuesto a subvencionaros con un buen pellizco.
Los cineastas se miran y se encogen de hombros. Parece que no se lo toman muy en serio. Recolocan a la gente y se preparan para volver a filmar.
Así que salgo a buscar mi coche. Cruzo un par de calles y tropiezo con las verjas de un chalet, con ramos de flores en el suelo. Me recorre un escalofrío. Hay un cartel como el de la administración de lotería pidiendo justicia. Detecto que hay una bloguera entre la gente detenida frente a la casa y le pregunto si ésta es la casa del horrible suceso.
-Sí, amigo -me dice la bloguera-. Y mientras, nosotros seguimos viviendo preocupados de lo que no tenemos, de lo que no disfrutamos... ¿Y si valorásemos las maravillas de cada día?
Esto lo había leído ya en algún lugar, creo que en Reflexiones en blanco y negro. Aquella bloguera debía ser Isthar. En aquel momento me pasaba toda la vida por la mente. Mi mano buscó en el bolsillo los décimos de lotería y los introdujo por la ranura del buzón de la casa.
Quizá me arrepienta toda la vida de lo que hice, pero en aquel momento lo tenía clarísimo: eso era lo que tenía que hacer. Matías: cuando leas este post, espero que por fin creas lo que te he contado. No me he quedado ninguno de los números. El Blog Fantasma ha querido subsanar un antiguo asunto pendiente y nos ha utilizado. Eso es todo.
Cogí el Smart y me eché de nuevo a la carretera. En la primera gasolinera, mientras pagaba, me robaron mi coche. Bueno, el de la empresa, mejor dicho. Éste fue uno de los motivos por el que me despidieron del trabajo al día siguiente. También influyó el hecho de que hubiera desaparecido todo el día sin avisar, y la empresa perdiera bastante dinero en una operación importante.
El taxi de vuelta me costó una pasta.
-Hombre, si tú eres famoso -me dice el taxista, cosa que me enorgulleció-.
-Muchas gracias, hombre. No todo el mundo me reconoce, pero sí, lo soy.
-¿Por qué no me firma un autografo para mi hija? -me pregunta-. Ponga, para Nuria, de su actor favorito, Pepe Viyuela.
Últimamente los taxistas no dan una. En este caso, no es cuestión de ver más fútbol, sino de leer más blogs.
Aquella noche, el número 38.036 salió premiado, tal y como predijo el Blog Fantasma. Durante algunas horas me había sentido el bloguero más rico del mundo.
¡Alegría!
Pero por fin entro en la ciudad y aparco en el barrio de la Administración nº4 Antigua de la Virgen. Localizo el rótulo de loterías y me apresuro rápido hacia él.
-¡Macho! Nos acabas de fastidiar la secuencia y unos cuantos metros de peli -me dice un tío bastante cabreado a mis espaldas-.
Con las prisas no me había dado cuenta. Parece que al lado del parque están grabando un corto: hay actores, focos, cables y los responsables llevan unas camisetas de color gris donde se lee "RLUX". Deben ser los cineastas y blogueros de "Mojar, extender y vuelta a empezar...". Vaya pollo tenían allí montado.
-Lo siento. Yo... Con las prisas... -eso es lo único que balbuceo después de mi imperdonable despiste, y me meto en la administración de loterías-.
Esta vez no hay cola de inoportunos viciosos que se lleven mi número. Directamente le pregunto al lotero:
-Buenas tardes. ¿Le queda lotería del número 38036?
-Sí, creo que sí. ¿Cuántos décimos quería? -me encanta su respuesta-.
-Me va a dar todo lo que tenga del 38036.
El lotero saca una serie entera y otros 3 décimos sueltos. Esta noche misma se convertirían en 420.000 euros o, en el mejor de los casos, acertando serie y fracción, ¡1.600.000 euros!
¿Qué me compraría? Si hacemos caso de la valoración económica de Dane Carlson, con el premio Matías y yo podríamos comprarnos Microsiervos (1.500.000€ aprox), o ALT1040 y xataka juntos. ¡Qué momento más feliz!
Pero algo lo va a turbar. En la pared de la administración hay varios carteles con eventos del barrio. Uno de ellos pide "Justicia por el asesinato de los padres de una familia vecina", sucedido hace algunas semanas, cuando entraron a robar en el chalet. ¡Se trataba del crimen que no pudo evitar Paula Vittacolinna! ¡Qué pequeño es el mundo!
-Disculpe -interrumpo al lotero-. ¿El crimen éste... sucedió cerca?.
-A dos manzanas. ¡Qué barbaridad! Ya nadie puede estar tranquilo. Dos críos se han quedado huérfanos y una abuela que vivía con ellos, que está gravemente enferma, es lo único que les queda.
Mientras me daba los décimos y se los pagaba, sonaba en mi cabeza una canción triste cantada por Alma, una bloguera de las de toda la vida, que decía: "A veces necesitamos salvarnos... Otras ser salvados... Algunas... salvar a alguien...".
Bueno, tenía que volver a la realidad y seguir con mi vida, ¡que ya tengo bastantes problemas! Así que salgo otra vez por la puerta.
-¡Eeeeeehhhh! ¡Por todos los santos, Vigalondo y lo más bendito! ¿Estás ciego o qué? ¡Te acabas de cargar otra vez la secuencia -me grita otro "RLUX"-.
-¡Ooooopsss! Lo siento -y entonces se me ocurrió la idea-. Os puedo compensar.
-No quiero que compenses nada -me contestan-. Sólo presta un poco más de atención, macho. Si quieres, puedes.
-Acordaos de este nombre: "Pablo Guero" -les digo-. Como compensación os dejaré llevar al cine la historia de mi vida: "el mejor bloguero del mundo". Además, desde esta noche, estaré dispuesto a subvencionaros con un buen pellizco.
Los cineastas se miran y se encogen de hombros. Parece que no se lo toman muy en serio. Recolocan a la gente y se preparan para volver a filmar.
Así que salgo a buscar mi coche. Cruzo un par de calles y tropiezo con las verjas de un chalet, con ramos de flores en el suelo. Me recorre un escalofrío. Hay un cartel como el de la administración de lotería pidiendo justicia. Detecto que hay una bloguera entre la gente detenida frente a la casa y le pregunto si ésta es la casa del horrible suceso.
-Sí, amigo -me dice la bloguera-. Y mientras, nosotros seguimos viviendo preocupados de lo que no tenemos, de lo que no disfrutamos... ¿Y si valorásemos las maravillas de cada día?
Esto lo había leído ya en algún lugar, creo que en Reflexiones en blanco y negro. Aquella bloguera debía ser Isthar. En aquel momento me pasaba toda la vida por la mente. Mi mano buscó en el bolsillo los décimos de lotería y los introdujo por la ranura del buzón de la casa.
Quizá me arrepienta toda la vida de lo que hice, pero en aquel momento lo tenía clarísimo: eso era lo que tenía que hacer. Matías: cuando leas este post, espero que por fin creas lo que te he contado. No me he quedado ninguno de los números. El Blog Fantasma ha querido subsanar un antiguo asunto pendiente y nos ha utilizado. Eso es todo.
Cogí el Smart y me eché de nuevo a la carretera. En la primera gasolinera, mientras pagaba, me robaron mi coche. Bueno, el de la empresa, mejor dicho. Éste fue uno de los motivos por el que me despidieron del trabajo al día siguiente. También influyó el hecho de que hubiera desaparecido todo el día sin avisar, y la empresa perdiera bastante dinero en una operación importante.
El taxi de vuelta me costó una pasta.
-Hombre, si tú eres famoso -me dice el taxista, cosa que me enorgulleció-.
-Muchas gracias, hombre. No todo el mundo me reconoce, pero sí, lo soy.
-¿Por qué no me firma un autografo para mi hija? -me pregunta-. Ponga, para Nuria, de su actor favorito, Pepe Viyuela.
Últimamente los taxistas no dan una. En este caso, no es cuestión de ver más fútbol, sino de leer más blogs.
Aquella noche, el número 38.036 salió premiado, tal y como predijo el Blog Fantasma. Durante algunas horas me había sentido el bloguero más rico del mundo.
¡Alegría!
Etiquetas: 11-20
12:02 a. m.
No malgastes el dinero en blogs de segunda categoria, pudiendo escribir en "Yo no leo a Enrique Dans" no veo necesidad alguna de comprar ni siquiera Microsiervos.
En todo caso gástate el dinero en posicionamiento en google o en el único concierto (privado claro) de los Stone en España, aunque yo que tu me haría un buen seguro por si acaso suspenden por miedo escénico ante tanto público.
7:31 p. m.
Pués hombre... después de un día así... quién quiere leer libros o ver la tele???? quizás saliste sin querer de extra en el corto porque les gustó como quedó la secuencia... :p
Gracias, no obstante por acordarte de mí durante esa espera, con la pasta que has ganado se supera lo del curro (montate una inmobiliaria, compra pisos y alquílalos y si no una inmoviliaria, una promotora que mueve aún más dinerillo...)
Y...reléjate hombre!
Cuídate, besos y un big abra:
Spirit of dreams;) (f)
7:19 p. m.
Hiciste una buena obra, de eso no te quepa duda. Y aunque sólo por un momento te sentiste el bloguero más rico del mundo, seguro que gracias a ello, otros se sentirían mucho menos desgraciados ;)
Me gustó esta historia y las otras muchas que enlaza, (entrar aquí es como hacerlo casi en "Elija su propia aventura"). Y me ha hecho mucha ilusión la mención, y que alguien me dejara la pista para llegar a encontrarte.
Pero me queda una duda... ¿no eres Pepe Viyuela entonces? :P
Un placer :)
12:09 a. m.
Gracias por vuestros consejos y por ser unos verdaderos amigueros de primera. Me olvidaré de Microsiervos, intentaré buscar fama de extra en cortos, pero no... no soy Pepe Viyuela. ¡Qué más quisiera él ser como el gran Pablo Guero!
¡Alegría!
3:41 p. m.
Enserio te toco la loteria?
Pues esa redaccion parece mas bien sacada de un libro que un propicio dia de suerte pese a las incoveniencias.
A quien no le gustaria que le parara la guardiacivil y le quitara 3 puntos si de premio hay un billete de loteria premiado...