<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d31360826\x26blogName\x3dYo+no+leo+a+Enrique+Dans\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://yonoleoaenriquedans.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://yonoleoaenriquedans.blogspot.com/\x26vt\x3d3223530000520345517', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

18. En busca del décimo de lotería perdido

Si el Blog Fantasma estaba en lo cierto, aquel jueves 10 de agosto por la noche el número ganador de la Lotería Nacional sería el 38036, y nosotros teníamos la oportunidad de convertirnos en multimillonarios. Si conseguíamos todos los décimos dispersos por la península, la cantidad podía ascender a 1.200.000 euros. No quiero ni imaginar el super-blog que se podría montar con tanto dinero, contratando a decenas de ayudantes, y nunca más preocuparme por una etiqueta HTML.

Matías había localizado las sucursales donde se vendía el número, a través de la web del Ministerio de Hacienda: Don Bombo en Puerto de la Torre (Málaga), Admon nº2 en San Vicente de Barakaldo (Vizcaya) y Admon nº4 Antigua de la Virgen (Valencia). Matías contaba con su bólido BMW para desplazarse (los blogs eróticos son los más rentables) y yo sólo disponía de mi vespa-deluxe, así que decidí volver a "tomar prestado" un Smart de la oficina de esos con publicidad de las Juanolas. Confiaba en que no echaran de menos el coche y, más aún, que no me echaran en falta a mí durante todo el día.

Salí temprano para Andalucía, mientras Matías conducía al norte de España. A pocos minutos de la hora de comer, llegué a la administración Don Bombo en Málaga. Cinco personas aguardaban la cola y los décimos se exhibían en la ventanilla al frente. ¡No lo podía creer! Sólo quedaba una papeleta con el número 38036. Cuando estaba a punto de tocarme, el fulano de delante decide que ese número es el que le gusta, lo paga y sale por la puerta.

-Señorita -le digo a la lotera-, ¿tiene más décimos como el que se acaba de llevar el chico?

-Lo siento -me dice-. Era el último.

Como una exhalación, salí detrás del ladrón de mi felicidad. Por suerte, mi sexto sentido había detectado que se trataba de un bloguero, y eso me facilitó seguir su rastro y llegar hasta él:

-¡Eh! ¡Oye! ¡Tú! -le grité-.

En ese momento echaba de menos una edu-cámara que me dijera el nombre del blog de ese boquerón. Llegué hasta él, y traté de buscar alguna excusa para que me diera el último décimo.

-Tengo un problema muy gordo, amigo -poniendo mi mejor cara de desesperación-. Vengo de muy lejos buscando ese número de la lotería, y resulta que tú tienes el último.

-...hmmm... -me contesta con acento malagueño-. Te lo vendería. Pero imagínate que toca... Sería muy fuerte.


-Yo sé que tú eres bloguero. Seguramente has oído hablar de mí, Pablo Guero. Los blogueros nos tenemos que ayudar -apelar a lo sentimental solía funcionar-. Si tú me cedes ese número, hoy mismo escribiré un post con referencias muy positivas sobre el tuyo, y verás tus visitas subir como la espuma.

-...hmmm... -volvía a hacer el mismo ruidito-. Mira tío, estás hablando con Francisco Javier Moya, y a no ser que tú seas Ignacio Escolar, mi blog se come al tuyo con patatas (siempre que GoDaddy no me dé por saco).

Mi argumento acababa de perder mucha fuerza tras dar a conocer su archi-enlazado blog. Pero dicen que la persistencia es lo que mueve el mundo, así que volví a la carga.

-Jeje, estaba bromeando con lo del post. Si ya sabía quién eras -vaya trola; la edu-cámara me hubiera delatado a mí en esta ocasión-. El verdadero motivo es que prometí que regalaría este décimo a la recién creada "Blogueros Sin Fronteras" -y esa era la segunda trola-.

-...hmmm... Nunca he oído hablar de "Blogueros Sin Fronteras" -me dice-.

-Pero eso es porque se trata de una organización muy nueva. Intentamos ayudar a los más desfavorecidos con nuestros posts y alguna aportación económica... Si quieres puedo mandarte información.

-...hmmm... Está bien. Quédate con el décimo. Tómalo como mi aportación a una buena causa. Total, éste nunca toca. Pero no te olvides de mandarme la información.

¡Lo había conseguido! ¡Y por la cara! No sé si Javi sospechó algo cuando salí como un desesperado calle abajo, para coger mi coche y buscar el siguiente objetivo. Corría el riesgo de que cuando el dueño de ...hmmm... leyera mi crónica y viera el dinero que me había tocado, perdiera otro amiguero más, pero confiaba en que tuviera un talante como Edu Collado cuando le cogí prestada la cámara.

Ya en el coche, marco el teléfono de Matías para ver cómo le iba por Bilbao.

-Pablo, macho, no se puede ir con tantas prisas -me dice-.

-¿Qué ha pasado? -me preocupé-.

-¡He destrozado el BMW, la leche! -dice alterado-. Me he salido a más de 150 km/h en una rotonda y he estrellado el coche contra un edificio antiguo. Un horno rehabilitado o algo así. Vaya movida que se ha montado. Y menos mal que me han sacado del amasijo de hierros un par de fornidos informáticos vascones de aquí al lado, blogueros por cierto.

-Vaya faena, Matías. No te preocupes por el coche, porque con el premio te podrás comprar todos los que quieras.

-Estoy ahora como para ir a buscar los dichosos décimos... Me vuelvo a Madrid en la grúa. ¡Ah! Y acuérdate de apuntar a los forzudos amigos Joseantonio Alianzo y Miguel Dirson entre tus amigueros porque les he dicho que yo me llamaba Pablo Guero, por eso de preservar mi identidad bloguera. ¡Ah! Y que insertes no sé qué botón del Ranking de Alianzo en tu blog.

¿Sería cierto que no había comprado los decimos? ¿O se los quería quedar Matías? No me esperaba eso de él.

Sólo teníamos un décimo de momento. Todavía tenía esperanzas en Valencia. Para allí me dirigí.

Etiquetas:

“18. En busca del décimo de lotería perdido”

  1. Anonymous Anónimo Says:

    jeje... menuda paranoia :-)
    apuesto a que el siguiente bloguero con premio es Torbe.. no? :)

  2. Anonymous Anónimo Says:

    Es la primera vez que leo este blog anti-dans, y sinceramente me ha sorprendido (para bien).

    Aunque no se porque pero me da la sensación de que verdaderamente no necesitas un consejo mío, porque... ya nos sorprenderas con la continuación de la historia...

  3. Anonymous Anónimo Says:

    AntiDans? Mas bien adicto a él (por eso no puede leerlo) ;-)

  4. Blogger pabloguero Says:

    Javi, Matías sí tiene historias que contar sobre Torbe; yo sigo siendo pulcro y limpio...
    Laura, es Enrique quien es un anti-Pablo, ya que soy la mayor amenaza para su hegemonía como bloguero influyente. Pronto MarcaPropia dejará de centrarse en Dans para hablar de mí.
    David, ya no soy adicto a Dans. Lo he superado. Ya nunca hablo de Enrique Dans... ¿Quién ha dicho Enrique Dans?

  5. Blogger Ruben Says:

    Genial la media-historia ... mañana me vuelvo a leer la continuacion.

todos los capitulos

amigueros

blogsario

qué es un blog&rol

buscar

últimos consejos

blogmaster